Mejor en vida. Rumba

RUMBA

Hay una frase que mi madre siempre me ha dicho y repetido hasta la saciedad y que me parece cada vez más acertada: los agasajos, mimos, halagos, cariños y reconocimientos mejor hacerlos en vida que cuando uno se muere ya no se entera.

Es por eso que mientras vivías y seguías siendo feliz con nosotros, en este mismo blog, te dediqué una entrada, entonces algunos pensaron que habías pasado a mejor vida, tan acostumbrados estamos a que sólo se escriba sobre nuestras virtudes una vez muertos.

Para alguien que no tenga ni haya tenido perro quizá estas líneas a modo de requiem sean absurdas y mis sentimientos de absoluto dolor por tu pérdida parezcan exagerados. Sin embargo ¿a quién le importa el qué dirán o pensarán?

Para mí tu fuiste un ser querido, como una hija o una hermana, parte esencial de mi vida durante trece años y medio. Fiel compañera que alegraba mis ratos amargos y acompañaba mis quehaceres diarios.

Blanquita y canela de trufa negra y ojos vivarachos. A menudo decíamos que sólo te faltaba hablar de lo inteligente que eras.

Risueña, juguetona, obediente, ágil, leal y fiel pero sobretodo noble.

Apenas ladrabas ni llorabas y te adaptaste a todo con una facilidad pasmosa. Aprendiste a compartirnos cuando tenías 4 años y llegó Bribón a casa, patoso, cachorro juguetón que no te dejaba descansar tranquila pero que te acompañó fielmente y aprendió de tí todo lo que sabe. Él también nota tu ausencia.

A menudo me encuentro buscándote, esperando verte tumbada en tu camita y levantar la vista buscándome con la mirada como hacías últimamente. Pero por desgracia la muerte es para siempre y lleva consigo la desaparición de lo cotidiano. Ahora toca adaptarse a estar sin ti. No es fácil. Me falta tu húmeda trufa en mi regazo acompañando el mal trago, tu cómplice mirada dándome ánimos para superarlo.

Gracias por estos maravillosos trece años y medio de amor incondicional.

Siempre te llevaré en el corazón y en el alma Rumbaquilla. Descansa en paz. Te querremos siempre. 22.09.2015

Acerca de bauluna

Traductora e Intérprete, aficionada a la cocina y la repostería, amante del buen yantar, de los buenos vinos y de las sobremesas.
Esta entrada fue publicada en Actualidad, De los sentimientos. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario