Suelto y confío

Hay días para cruzar el estrecho a nado y otros para dejarse arrastrar por la corriente. Estos días son de los segundos. Me esfuerzo por mantenerme a flote, es lo máximo a lo que aspiro en estas fechas. Son días nublados, con nubes grises, cargadas de lágrimas.

Once años sin vosotros y sin embargo veo la luz de vuestra mirada cada vez que cierro los ojos antes de dormirme. Esos ojos que iluminaban el mundo.

Todo en la vida encierra un aprendizaje si estamos dispuestos a mirar más allá del dolor. Durante años me estuve martirizando prenguntándome el ¿por qué? Victimizando una vivencia debastadora; ahora comprendo que la pregunta era y es ¿para qué? ¿que enseñanza entrañaba toda aquella experiencia?

Si nos decidimos a continuar viviendo hemos de ser capaces de ver más alla, de otra forma simplemente estaremos sobreviviendo. Vivir es mucho más, es un regalo que se nos hace y tiene un propósito, es cuestión de saber hacer las preguntas correctas, de saber encontrar los para qués.

En el caso que me nubla el papel mientras escribo, vuestra llegada y precoz despedida, encontrar la respuesta a dicha pregunta es doloroso, pero necesario. La herida debe cerrarse, os he de recordar sólo con amor, cariño y respeto, sin remordimientos, ni dudas, ni sentimientos negativos como la ira o la culpa. Para empezar todo aquel huracán emocional consiguió unirme más a mi compañero de viaje. Trajo a mi vida personas extraordinarias que lucharon codo con codo con nosotros y nos supieron apoyar en los momentos más duros de nuestras vidas. Y supuso un comienzo , aunque en su día no lo supe identificar, se plantó la semilla para este momento que vivo en la actualidad.

Doy gracias a la vida por haber puesto aquellas personas en mi camino y permitirme caminar con ellas, su luz y su conocimiento fueron esenciales en toda aquella oscuridad. Agradezco seguir teniéndolas a nuestro lado, poder contar con ellas.

Fue la lucha de David contra Goliath, esfuerzos emocionales titánicos que ayudaron a forjar la persona que soy hoy, más resilente, menos perdida, capaz de agradecer el mero hecho de respirar y las bendiciones que llegaron después.

Sin vosotros quedó un hueco en el corazón que dudo que se cierre jamás, pero el alma sabe hoy que volveremos a encontrarnos.

Al fin y al cabo fueron nuesras almas las que pactaron encontrarse para vivir lo que vivimos. Fue mi alma quien eligió vivir esto, con el propósito del despertar espiritual que finalmente me hará libre para volver a estar con vosotros.

Te quiero, mi costillita, Te quiero mi Eterno Verano Summer, sólo es cuestión de tiempo hasta nuestro reencuentro. Hasta entonces cada día y cada noche seguiré recordando la inmensa y pura belleza de vuestro mirar y agradeciendo a la vida haberos parido y haber compartido el tiempo que tuvimos.

Os volveré a llenar de besos de nuevo, no tengo dudas. Hasta entonces, seguid brillando fuerte e iluminándo mi camino.

Acerca de bauluna

Traductora e Intérprete, aficionada a la cocina y la repostería, amante del buen yantar, de los buenos vinos y de las sobremesas.
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