El otoño sigue llegando…

El tiempo no entiende de emociones ni sentimientos, por mucho que quisiéramos hacer desaparecer ciertas fechas del calendario para evitar recordatorios dolorosos, la rueda continua avanzando y así sin avisar llega un año más otro triste aniversario.

Otros años escribo en tonos menos profundos, pero hay que permitirse sentir y este año son muchos los pesares…

Nos fuimos tarde e inseguros con muy mal sabor de boca después de haber tenido una de las peores conversaciones de mi vida con un equipo médico … volvíamos a casa devastados, con una grieta en el Corazón que demasiado pronto se convertiría en rotura… Pudimos cogerte en brazos por la tarde y besarte, cantarte y, como he mencionado en anteriores ocasiones resumir una vida de amor incondicional a un par de horas contigo. Al menos sabemos que llevaste puesto amor del que solo unos padres saben dar y sentir por sus hijos.

Te dejamos descansando, sin sufrimientos y el

Camino a casa fue silencioso, amargo.. cada uno masticando lentamente lo que sabíamos

que nos tocaría tragar en breve.

Miradas cómplices pero desgastadas, agotadas, tristes.

Un huracán que sin duda hubiera podido

con una relación menos hecha, pero nosotros somos un equipo y vamos en bloque a por todo, lo bueno y lo no tan bueno… y así fue que justo en mi primer sueño cuando esbozaba a cerrar los ojos por primera vez sonó el teléfono y salimos volando… te estabas yendo, estabas muy débil , las calles vacías rozando la 1:00 de la madrugada se nos hacían abarrotadas de gente el coche no parecía ir tan rápido como queríamos , necesitábamos un teletransporte para acompañarte en ese último viaje y no dejarte solo. Por fin llegamos… corriendo por las escaleras por no esperar el ascensor, todo el equipo de protección para entrar en Uci puesto y allí seguías en tu incubadora respirando lentamente…. “mamá y papá ya están aquí mi amor, estamos contigo”

Vuelta a mis brazos … besos dulces y tiernos, arropándote, velando tus ultimas pulsaciones y de repente a la 1:50 el último latido .

8 años, pero recuerdo cada mínimo detalle como si estuviera ocurriendo ahora mismo.

El dolor continúa, la herida escuece los ojos se llenan de lágrimas que me casi impiden que continúe escribiendo.

8 años y ni el cansancio de la crianza

puede hacer que me duerma antes de que de la hora en la que nos despedimos.

Mi costillita, mi prenda, el niño más bonito, con esos ojos tan vivos y esas manos tan pequeñas.

Abuela Ana ya está contigo, seguro que os está disfrutando mucho a ti y a tu hermano, ella os cuidará súper bien y os mimará hasta que lleguemos nosotros.

Llegada de otoño triste y difícil.

Quisiera haber escrito en un tono menos duro pero me pesan demasiado vuestras ausencias, tengo que soltar lo que llevo dentro. El resto del año sigues conmigo no por no dedicaros palabras estáis menos dentro de mi ser, sois como el aire que respiro : necesarios y siempre presentes.

Te amo mi vida , os amo.

Mamá sigue en la lucha hasta que nos reencontremos.

Acerca de bauluna

Traductora e Intérprete, aficionada a la cocina y la repostería, amante del buen yantar, de los buenos vinos y de las sobremesas.
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